El agujero del mundo

Mayo 2024

Ilustración: Demián Morassi
Pablo BERTINAT
Pablo BERTINAT
Jorge CHEMES
Jorge CHEMES

Taller Ecologista | Energía y Equidad | Pacto ecosocial del sur

“Un Anillo para gobernarlos a todos.

Un Anillo para encontrarlos,

un Anillo para atraerlos a todos

y atarlos en las tinieblas

en la Tierra de Mordor

donde se extienden las Sombras”

J. R. R. Tolkien, 1954

Estamos atravesando una profunda crisis civilizatoria (multidimensional y multiescalar) que afecta la vida en el planeta tierra. Aquí, el componente ambiental es uno más entre otros, una conjunción sinérgica de las fallas de la racionalidad/modernidad: crisis económica y financiera; de seguridad y justicia; ecológica, ambiental, climática, epidemiológica, bélica, ontológica, moral y existencial (Leff, 2021).

En este marco, los poderes corporativos, estatales, multilaterales e incluso científico-tecnológicos, vienen construyendo respuestas a la crisis sin alterar los patrones de dominación que articulan en el sistema mundo: capitalismo, colonialismo y patriarcado. Centrados en la métrica de la descarbonización proponen un transición energética corporativa (Bertinat y Chemes, 2020) en simultaneo, bloqueando dinámicas de transiciones justas, populares y democráticas.

Luego de décadas de debates, acuerdos internacionales, informes del Panel Intergubernamental de Cambio Climático y COPs, la situación relacionada al cambio climático no solo no ha mejorado, sino que empeora minuto a minuto. Las soluciones propuestas siguen siendo las mismas, crecimiento sostenido en un marco neoliberal y antropocentrista; sin plantear la histórica deuda ecológica del Norte Global.

La transición energética corporativa posee una impronta netamente mercantilista, colocando a la energía en la esfera de la mercancía capitalista, con abordajes estrictamente físicos y tecno-económicos, es decir de cómo intercambiar recursos naturales no renovables por renovables para diversificar la matriz energética persiguiendo la acumulación de capital por descarbonización (Argento & Kazimierski, 2022) y la adaptación para articular la nueva red de poder global.

“Para que China, Estados Unidos y Europa transiten hacia la desfosilización, se crean nuevas zonas de sacrificio en las periferias mundiales. Este proceso empieza a conocerse, en el activismo y en la academia crítica como “Extractivismo verde” o “colonialismo energético”: una nueva dinámica de extracción capitalista y de apropiación de materias primas, bienes naturales y mano de obra, especialmente en el sur global (aunque no de modo exclusivo), con el propósito de llevar a cabo la transición energética verde” (Bringel & Svampa, 2023)

Sostener este nuevo ciclo de acumulación capitalista energívoro y encapsulado en la descarbonización requiere deglutir más materiales, más cuerpos, territorios y biodiversidad. En este sentido, la neocolonialidad de América Latina continua su expoliación.

Hace solo unos meses se publicó el “Reporte de la economía circular”, un trabajo realizado por la Fundación Economía Circular en colaboración con la CEPAL, el BID y el PNUMA (Circle Economy Fundation, 2023).

El informe aporta información sensible producida por fuentes insospechadas de ser parte de una propuesta ecologista radical, información que nos permite observar el contexto en el cual se está dando el incremento de presión sobre los territorios para abastecer de materiales al norte global.

Si bien los datos son de 2018 (ya que según los autores no hay información consolidada más reciente), los mismos brindan una referencia ineludible para pensar en la actitud de la región frente al crecimiento de la demanda de materiales por parte de la Unión Europea a partir de sus nuevas y agresivas políticas en este sentido, en particular el requerimiento los llamados materiales críticos para la transición energética.

Como sabemos, América Latina es una región rica en naturaleza, en “recursos” y desde la época de la conquista es fuente de materiales de todo tipo. En un principio lo movilizado era básicamente biomasa y minerales metálicos (oro y plata por ejemplo) a esto se sumaron con el tiempo combustibles fósiles y minerales no metálicos.

Es tal la riqueza material de América Latina que es una de las regiones que menos materiales importa. Pero es proporcionalmente la región que más materiales extrae y exporta.

En este caso no hablamos de dinero, sino de cantidades físicas de “cosas”, de toneladas de “cosas” que se generan o se extraen de nuestro continente y se van a otros. Por eso el análisis de la extracción y circulación se mide en toneladas, toneladas de cosas.

La estadística analizada contempla cuatro tipo de materiales: biomasa que incluye desde la soja, el trigo, la caña de azúcar, el aguacate, la palma, la madera balsa y muchos más; combustibles fósiles, petróleo, gas y carbón básicamente; minerales metálicos como el oro, la plata, cobre, zinc, hierro y minerales no metálicos como el azufre o la estrella mayor el litio.

En los últimos 50 años América Latina y el Caribe cuadruplicó la extracción doméstica de materiales. En el año 2018 la región tuvo una extracción doméstica de materiales de 10.684 millones de toneladas de “cosas”. De ese total, la biomasa extraída es 48% del total, los minerales metálicos un 24%, los minerales no metálicos un 21% y los combustibles fósiles un 6%.

Por supuesto en todas las regiones del mundo se extraen materiales para ser procesados de alguna manera que luego se utilizan básicamente para viviendas e infraestructuras, alimentación, productos manufacturados, movilidad, servicios, sanidad, educación y comunicación. Si bien todas las regiones extraen materiales, en América Latina y el Caribe se dan dos particularidades.

En primer lugar la alta cantidad de extracción por habitante, mientras la extracción mundial per cápita es de 12,2 toneladas y la de la Unión Europea de 10,3 toneladas la de América Latina y el Caribe es de 16,6 toneladas. El mismo estudio estima en 8 toneladas per cápita el consumo “sostenible” de materiales.

En segundo lugar y un dato sumamente relevante es que de las 10.684 millones de toneladas extraídas en 2018, se exportaron 4.305 millones, es decir que de cada 10 toneladas de “cosas” que se extraen 4 se exportan. El 60% de estas extraciones se destinan a la región de Asia-Pacífico y el 13% a Europa. Es importante resaltar que en el caso de los minerales metálicos es casi el doble lo exportado que lo utilizado regionalmente.

En el siguiente gráfico podemos observar una síntesis de estos datos (Circle Economy Fundation, 2023).

Cada vez extraemos más cosas del suelo y cada vez exportamos más. La imagen es la de un gran agujero que crece en la región. De a poco se van llevando el continente dejando impactos y miseria.

Esta realidad del extractivismo en América Latina debe analizarse en un contexto global muy particular de incremento de la presión por más materiales, en particular los denominados críticos.

Así Estados Unidos, a través de su Servicio Geológico (USGS por sus siglas en inglés), actualiza regularmente su listado de minerales críticos, que incluye en su última versión 50 minerales. La Unión Europea cuenta con su propio listado, que incluye 34 minerales y otras materias primas y China posee 28 minerales. Alguno de estos minerales son: zinc, litio, magnesio, manganeso, aluminio, cobalto, cobre, disprosio, acero, níquel, platino, praseodimio, silicio, carburo de silicio, terbio y a ello las llamadas tierras raras (escandio, itrio lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometeo, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio).

Las tecnologías para aprovechar las fuentes renovables de energía utilizan muchos de estos minerales. La investigadora Alicia Valero en sus estudios, no solo da cuenta de los minerales que demanda la fabricación de tecnologías de energías renovables, sino también de los limitantes de los mismos para un crecimiento sostenido de la demanda de energía (Valero, 2019; 2021), concluyendo que no hay posibilidad de sostener una crecimiento infinito de la demanda de energía debido a la escases de estos minerales.

América Latina posee gran parte de las reservas de mucho de estos minerales y bienes energéticos comunes.  En este contexto, en el que el Norte Global demanda más energía y más minerales, es que se articulan distintas estrategias para obtener los tan preciados minerales. Desde golpes de estado a un delicado delineado de normativas internacionales. Recordar el golpe de Estado en Bolivia en 2019, seguido de las declaraciones de Elon Musk en tweeter “¡Golpearemos a quien queramos! Asúmelo” (“We will coup whoever we want! Deal with it”). Recientemente el actual presidente de Argentina, Javier Milei, declarando: “Musk está sumamente interesado en el litio, al igual que el gobierno de EEUU y muchas empresas de ese país.”

En el mismo sentido Laura Richardson, jefa del Comando Sur de Estados Unidos, en 2022 declaró: la necesidad de “cuidar” los recursos estratégicos de la región, amenazados por China y Rusia. Además, en una entrevista del Atlantic Council (2023), el 19 de enero de 2023, sostuvo que: “(…) tuvimos una reunión por Zoom con los embajadores de la Argentina y Chile, y luego, también el vicepresidente de operaciones globales de Albemarle [empresa que opera en Argentina y Chile] para hablar sobre el litio (…) y cómo podemos ayudar, a quién más podemos traer a la mesa para ayudarnos a resolver este problema y eliminar a nuestros adversarios al formar equipo entre nosotros y con otros” (Malinovsky, 2024).

Por su parte el Parlamento Europeo en marzo de 2023 votó la Ley de Materias Primas Fundamentales.

Es tal la necesidad energívora y de crecimiento del poder corporativo mundial que para lograr emisiones de carbono neutrales a 2040 es necesario multiplicar por 42 veces la extracción de litio, por 25 la de grafito, por 21 la de cobalto, 19 la de niquel y 7 veces las de tierras raras (IEA, 2021).

Esta compleja red de poder que articula el Norte Global a partir de la narrativa de transición energética corporativa, permea algunas organizaciones de América Latina. Así la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) publicó en febrero de 2024 el documento “Los minerales críticos para las transiciones energéticas de América Latina y el Caribe” (Siroit, 2024). Donde alineándose con las necesidades impuestas plantea:

“ALC tiene ante sí grandes retos. Duplicar la producción de cobre si quiere descarbonizarla economía para 2050 (Net-Zero). Multiplicar diez veces la producción de litio en los próximos 20 años”.

En este sentido, el documento plantea una serie de desafíos sociales, ambientales, económicos y de gobernanza. Enuncia también que “la minería se convierta en un nuevo vector de desarrollo socioeconómico”; la pregunta ¿desarrollo para quienes?

Los modelos implementados hasta el momento solo han profundizado aún más las brechas de desigualdades además de incrementar todos los indicadores que dan cuenta de un colapso civilizatorio inminente. Es necesario pensar transiciones energéticas populares (Bertinat y Chemes , 2020), con justicia socioambiental y democrátizadoras, enmarcadas en una transición ecosocial y en otras epistemologías del desarrollo y la felicidad.

Referencias

Argento, M., & Kazimierski, M. A. (2022). Acumulación por conservación y desfosilización: El consenso ecotecno corporativo del cambio climático. Prácticas de Oficio. Investigación y reflexión en Ciencias Sociales, 29, Article 29.

Bertinat, P., Chemes, J., & Forero, L. (2020). Transición Energética. Aportes para la reflexión colectiva.

Bringel, B., & Svampa, M. (2023, agosto). Del «Consenso de los Commodities» al «Consenso de la Descarbonización». Nueva Sociedad.

Circle Economy Fundation. (2023). The circularity GAP report. América Latina y el Caribe. Cerrando la brecha de circularidad en América Latina y el Caribe.

IEA. (2021). The Role of Critical Minerals in Clean Energy Transitions (p. 287).

Leff, E. (2021). El Manifiesto por la Vida ante la Crisis Civilizatoria y la transición hacia un mundo sustentable. En Senti-pensarnos Tierra: Crisis civilizatoria-pactos y/o transiciones desde el ecologismo popular, (pp. 28-47).

Malinovsky, N. (2024, febrero 23). Transición energética: Disputa por los recursos naturales en América Latina. NODAL.

Siroit, G. (2024, enero 25). MINERALES CRÍTICOS PARA LAS TRANSICIONES ENERGÉTICAS DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE.

Valero, A. (2019). Límites minerales de la transición energética. 36, 66-70.

Valero, A., Valero, A., & Calvo, G. (2021). Resumen y análisis crítico del informe especial de la Agencia Internacional de la Energía: El Rol de los minerales críticos en la transición hacia energías limpias. Revista de Metalurgia, 57(2), Article 2.